Coomaraswamy (Meta:nota) – conhecer a si mesmo

Se asume igualmente en Platón (Charmides, 164D) que el mandato «Conócete a ti mismo» no es «un consejo» sino «la salutación (prosresis) del Dios a aquellos que entran» y que las palabras son habladas por el Dios a aquellos que entran en su templo, «de un modo diferente a como los hombres hablan» y «muy enigmáticamente» (ainigmatodesteron); es decir, «non in doctis humanae sapientiae verbis, sed doctrina Spiritus» (I Corintios 2:13).
Las palabras «Conócete a ti mismo» son «enigmáticas», al parecer, solamente a causa de que pueden tomarse como haciendo referencia a un conocimiento de una u otra de las dos almas o sí mismos del hombre, el corporal y mortal o el incorporal e inmortal, tan a menudo tratados por Platón y en la filosofía védica. En Jenofonte, Memorabilia IV.2.24 (cf. III.9.6), Sócrates habla del «conocimiento de sí mismo» como el conocimiento de los propios poderes y limitaciones de uno (cf. Filón, De specialibus legibus I.44 y Plutarco, Moralia 394C); pero esto es en conversación con un hombre engreído que piensa que ya sabe «quién» es, «Eutidemo» por nombre. Pero en Alcibíades I.130E sig., Sócrates dice que «el que ordena, “Conócete a ti mismo”, nos pide que conozcamos el alma», y continua diciendo que el que conoce solo lo que es del cuerpo «conoce las cosas que son suyas pero no a sí mismo» (ta autou all ouk auton); cf. Brhadaranyaka Upanishad.I.5.15.
Como un paralelo a estas distinciones puede citarse el ridículo de Plutarco hacia aquellos que no pueden distinguir a Apolo del Sol (Moralia 393D, 400CD), pasajes que recuerdan a Leyes 898D, donde Platón dice que «ese cuerpo de Helios es visto por todos, su alma por nadie», y que recuerdan también a Atharva Veda X.8.14: «A Él (el Sol) todos los hombres le ven, (pero) no todos le conocen con la mente».

Ananda Coomaraswamy