Coomaraswamy (Budismo) – Sofrimento

La existencia del Sufrimiento, o el Mal, es la raison d’être misma del budismo:

“Si no existieran estas cosas en la tierra, discípulos míos, el Perfecto, el sagrado Buddha Supremo no aparecería en el mundo; la ley y la doctrina que propuso el Perfecto no brillarían en él. ¿Cuáles son estas tres cosas? El nacimiento, la vejez y la muerte.
“Entonces como ahora, dice nuevamente el Buddha, revelo esto: el Sufrimiento y la Extinción del Sufrimiento.”

El Dukkha debe entenderse como síntoma y como enfermedad. En el primer sentido incluye todas las posibles pérdidas físicas y mentales, “todas las mezquindades y zozobras sin fin”, el sufrimiento y las imperfecciones de cualquier tipo a que están sujetos la humanidad y todos los seres vivos (sin exceptuar a los dioses). En el segundo sentido es la obligación de experimentar esos males, la que es inseparable de la existencia individual.

Hasta aquí Gautama no ha expuesto nada que no sea un claro enunciado de hechos reales. Podría parecer, en verdad, que en nuestra vida el dolor se compensa con el placer, y el equilibrio en esto debe ser exacto, como en todos los pares de opuestos. Pero apenas reflexionemos veremos que el placer mismo es la raíz del dolor, pues “la pena surge del flujo del placer sensual tan pronto como se elimina el objeto de ese placer“.

Según el Dhammapada:

“De la alegría viene la pena; de la alegría viene el temor. Para aquel que esté libre de alegría no hay pena: ¿De dónde le vendría el temor? Del amor proviene la pena; del amor proviene el temor. Para aquel que esté libre de amor no hay pena; ¿De dónde le vendría el temor?”

Pero el placer no es sólo el preludio del dolor sino que él mismo es dolor; nuevamente con las palabras de Nietzsche: “el placer es una forma del dolor“.

Pues siempre hay un fantasma en la fiesta: la felicidad en un sentido positivo, el júbilo que depende del contacto con la fuente de placer externa a uno mismo, no puede asirse, no puede durar de un momento a otro. Es la vanidad de las vanidades el aferrarse de aquello que nunca es, sino que está en continuo cambio; y aquellos que comprenden que todo este mundo de nuestra experiencia es una Transformación y nunca alcanza el Ser, no se asirán de lo que no puede apresarse y que está enteramente vacío.

Por lo tanto, la totalidad de la psicología budista se encamina a un análisis de la conciencia que tiende a revelar el carácter cambiante y compuesto de ésta.

Ananda Coomaraswamy